Pobladores de esta comunidad maya se disfrazan usando costales de sosquil y piel de venado para disfrutar de este inédito carnaval

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Por Carlos Pérez.

Nunkiní, Campeche, 6 de marzo de 2019.- Ataviados con costales de sosquil de henequén, los pobladores de Nunkiní se disfrazan de osos para bailar y disfrutar el carnaval. Invaden las calles  de esta pequeña comunidad maya de Campeche para llevar música y fiesta, pero sobre todo para impedir que esta tradición muera.

Los habitantes cuentan que en 1920 llegó un circo a su pueblo, el cual tenía como atractivo principal a un hombre disfrazado de oso que hacía maromas y gruñía. Causó tanto asombro, que al carnaval siguiente muchos decidieron ponerse un traje parecido, pero usando materiales de su tierra para imitar al mamífero que nunca habían visto.

Desde entonces cientos de osos irrumpen las carnestolendas para contagiar alegría. Como parte del disfraz se colocan cencerros y piel de venado para simular el lomo, el cual le sirve para protegerse de los fuertes “latigazos” de los domadores que los pasean por todo Nunkiní.

Estos personajes salen de diferentes barrios como San Román, Gato Negro o San Isidro, formando comparsas que le bailan a los vecinos en las puertas de sus casas por 30 pesos la pieza musical de estilo tropical.