México, el país de la maternidad temprana
No se salva una vida dejándola vivir, pero si se sancionan dos por no contar con educación sexual para saber, anticonceptivos y preservativos para evitar embarazos no deseados e ITS, y aborto seguro para ejercer el derecho a decidir
Por Andrea Tamayo Cáceres #ATACAConIdeas
Mérida, Yucatán, 18 de noviembre de 2022.- Había una vez un gobierno federal que se decía ser el más feminista de la historia; sin embargo, no había educación sexual integral en el plan de estudios escolar, los métodos anticonceptivos no eran accesibles para todas las personas y el aborto aún permanecía escrito como un delito en el Código Penal Federal y de varios estados, a pesar de lo que la Máxima Tribuna había manifestado en relación con el derecho a decidir….
Sí, hablo de nuestro México lindo y querido que, una vez más, gana el primer lugar en una problemática social: el embarazo adolescente y – en consecuencia – la maternidad temprana, pues de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el país cuenta con la tasa más alta de embarazos en mujeres de 15 a 19 años. Se estima un total de mil embarazos no planeados ni deseados cada veinticuatro horas.
Me enfoco en las niñas y adolescentes porque son las que finalmente se responsabilizan de la criatura que gestaron, algunas con suerte tendrán el apoyo de sus padres – o al menos de su madre – pero la mayoría dejará de lado los juegos con muñecas para pasar a cuidar a un bebé de verdad y, lo que es aún peor, dejarán los estudios, deteniendo su proceso educativo y se integrarán a la vida laboral con trabajos y sueldos precarizados que fomentan el círculo de pobreza. Aclaro, que nada de esto lo escribo de forma despectiva, sino todo lo contrario, es la realidad de millones en México y América Latina.
Cuando a la pobreza y a la falta de acceso a servicios de salud se les mira desde una perspectiva medible, se puede tomar de referencia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU y con ellos hacer aún más evidente que la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo Adolescente (ENAPEA) creada en la Administración federal pasada (2015) se ha estancado y no está teniendo éxito alguno con las cifras que ya he destacado.
No obstante, la problemática se recrudece no solo con la situación socioeconómica, sino con el área demográfica que guarda total relación con el acceso a la información, educación, servicios, la desigualdad y las violencias pues, según el último informe de la ENAPEA, la maternidad temprana es 5,1 veces más frecuente entre las mujeres pobres, 1,6 veces más probable entre las niñas indígenas y se da 1,7 veces más en las zonas rurales que en las ciudades, poniendo en evidencia la centralización que se ejerce en mancuerna por el gobierno federal y los estatales que se concentran en las ciudades y no llegan a las periferias, territorios recónditos en donde la urgencia de hablar de derechos sexuales y reproductivos podría salvar a una niña u adolescente al saber cómo funciona su cuerpo y cómo puede evitar un embarazo no deseado.
Las cifras hablan por sí solas, la prevención no es suficiente porque, lamentablemente, hay otros motivos más allá de la voluntad de iniciar una vida sexual activa a corta edad. Me refiero a las niñas que sufren de violaciones o aquellas que, bajo terribles usos y costumbres, son prácticamente vendidas a hombres que les doblan la edad para ser sus esposas quedando embarazadas sin que su desarrollo físico haya concluido, lo que trae severas consecuencias en su estado de salud.
De acuerdo con el Observatorio de Mortalidad Materna en México (OMM) las niñas y adolescentes son las que encabezan las cifras de muertes anuales por causas relacionadas con el embarazo, el parto, la eclampsia y preclamsia, hemorragias, infecciones y por supuesto, abortos inseguros.
Y es que no solo no tenemos aborto legal, seguro y gratuito en todo México, sino que también el gobierno federal está desapareciendo los apoyos que se brindan a madres adolescentes para que continúen con sus estudios. Mientras que en el 2012 había 49 programas educativos, ahora en 2022 solo quedan 17; sin embargo, se estima que para el próximo año solo sean 15, de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
Y es que el problema no solo se centra en la reducción de los apoyos, sino en la falta de transparencia en el uso de los fondos del Programa de Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas (Promajoven creado en el 2004 e incorporado al Programa Nacional de Becas en 2014) que este 2022 recibió un presupuesto de 107 millones de pesos para brindar alrededor de 12 mil 500 becas; sin embargo, los recursos no habían sido ejercidos de acuerdo con el Primer Informe trimestral.
Mientras tanto, la incidencia en el embarazo y maternidad temprana aumenta y no, no se vale hablar desde el machismo del sistema de que «fue su culpa» o eso les pasa por «no cerrar las piernas», porque siempre achacan la carga de responsabilidad total solo a nosotras, quienes tenemos la capacidad de gestar. Para que haya un embarazo tiene que haber dos personas involucradas y las cifras estiman que 28 millones de niños y niñas en México no conocerán jamás a su padre biológico.
La maternidad temprana no es un problema individual que solo afecta a quien la vive; es una situación que perdurará y cambiará la vida de la niña o adolescente para siempre y de un bebé que probablemente no crezca en condiciones óptimas en dónde el alimento, vestido, educación de calidad, cuidados de la salud y demás factores medibles para una vida digna no sean alcanzados.
Es una injusticia social en dónde falla el Estado, el Sistema y la sociedad. No se salva una vida dejándola vivir, pero si se sancionan dos por no contar con educación sexual para saber, anticonceptivos y preservativos para evitar embarazos no deseados e ITS, y aborto seguro para ejercer el derecho a decidir.
Si, estoy a favor de proteger la vida, pero de las niñas y adolescentes de este país para que puedan desarrollarse en su presente y aspiren a tener un mejor futuro, alejadas de una maternidad forzada y cerca de todos sus sueños y metas.