Rescatan a loros con lesiones químicas por decoloración

A “Limón” y “Gomita” les decoloraron el plumaje y se lo tiñeron de amarillo para hacerlos pasar por otra especie más cotizada en el mercado ilegal de aves.
Por Redacción
Mérida, Yucatán, 8 de julio de 2025.- Ambientalistas del Proyecto Santa María rescataron a dos loros gravemente lesionados con químicos que habrían sufrido la decoloración de las plumas de la cabeza y además se las tiñeron de color amarillo para hacerlos pasar por otra especie más cotizada.
Trascendió que los traficantes de loros realizan esta práctica con sustancias químicas para engañar a los potenciales compradores y hacerles creer que están adquiriendo loros de la especie cabeza amarilla (Amazona oratrix), también llamado loro rey, que es más cotizada en el mercado ilegal de aves.
Los loros cabeza amarilla se encuentran en peligro de extinción ya que al ser una de las especies de psitácidos con mayor habilidad para imitar la voz humana los pone en riesgo mayor.
Al respeto, el Proyecto Santa María denunció que está práctica de decoloración química es común en otras partes del país, pero se empieza a ver cada más en Yucatán.
Los ejemplares rescataros son “Limón”, un loro cachetes amarillos, y “Gomita”, un perico pecho sucio. Esta última tiene una lesión en una de sus patas.
Ambos loros se encuentran ya en rehabilitación, recuperando su plumaje y sanando sus lesiones y problemas de conducta.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), además del dolor, los químicos le causan úlceras y lesiones a la piel y las córneas de los ojos y pueden dejarlos ciegos, lo que constituye un acto de crueldad animal. Además, muchas aves no soportan el proceso y mueren.
El artículo 420 del Código Penal Federal de México establece sanciones económicas y penas de cárcel para quienes capturen, posean, transporten, compren o vendan ejemplares de especies protegidas, como los loros.
Finalmente, Proyecto Santa María reiteró que los loros que han rescatado presentan muchas veces daños físicos como fracturas, picaje, mutilación de plumas en alas, y daños psicológicos por el mal manejo o maltrato sufrido durante su cautiverio.