“No queremos perder nuestras cosas porque sería volver a empezar de nuevo, es poco, pero son nuestras. Las láminas no se consiguen fácil, cuestan, a pesar de que las conseguimos usadas”, declaró la mujer, quien tuvo que abandonar su vivienda en La Mielera para protegerse en un refugio temporal.

Por Claudia Arriaga

Mérida, Yucatán, 7 de octubre del 2020.- La señora María Fernanda Chai Uicab y su nieta de apenas tres años de edad,  dejaron atrás su hogar, ubicado en el asentamiento irregular La Mielera, para trasladarse a un refugio temporal de Mérida y resguardarse de las fuertes lluvias y vientos del huracán “Delta”.

Lamentablemente, su esposo decidió quedarse en casa para cuidar sus pocas pertenencias, las cuales corren el riesgo de perder.

“No queremos perder nuestras cosas porque sería volver a empezar de nuevo, es poco, pero son nuestras. Las láminas no se consiguen fácil, cuestan, a pesar de que las conseguimos usadas, nos costó mucho esfuerzo. Amarramos todo, pero él prefirió quedarse porque si se vuelan, no podríamos encontrarlas”, explicó.

El refugio en el que se encuentra, que es conocido por las personas como “Comedor comunitario San José Tecoh III”, tiene una particularidad: aunque el edificio pertenece al Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Mérida acondicionó el espacio con colchonetas y todos los demás insumos necesarios para pasar estos días. Además, es operado por las propias vecinas y vecinos. 

Rosy Cortés es la administradora del lugar y comentó que al menos 30 personas, 18 adultos y 12 niños que viven en el asentamiento irregular, han ingresado para protegerse de Delta, También están tomando las medidas de higiene para evitar otra catástrofe sanitaria.

“Usamos el comedor como albergue para que no se alejen, todos son de La Mielera, y bueno, hay que cuidarnos del huracán y del Covid. Estamos tratando de cuidar bien a las niñas y los niños con todas las precauciones, hay gel antibacterial, lavado de manos y un médico al pendiente”, comentó

Como el resto de los habitantes de La Mielera, Rosy tiene el mismo temor y lamenta que probablemente muchos pierdan sus casas. “Cuando esto pase, muchos de ellos no tendrán un lugar en dónde vivir, las láminas ya no servirán porque es una invasión y tendrán que reparar sus  hogares. Tal vez no puedan regresar inmediatamente a casa”, señaló.

En tanto, Fernanda recordó que entre los riesgos de quedarse en su vivienda no solo estaban las inundaciones, pues ayer entraron dos serpientes coralillos. Sin embargo, es lo único que tienen para vivir.

 “No tenemos dinero para rentar y con la pandemia que nos afectó, menos, y ahora con esto del huracán, la situación es más difícil para nosotros”, enfatizó.

Cabe mencionar que aunque Delta no pasará por Mérida, sí provoca vientos de tormenta tropical y lluvias fuertes durante todo el día.